30 de septiembre de 2008

Pasión por la lectura... y por la vida

La lectura, Pablo Picasso (1932).


Ultimamente me estoy dando cuenta de que soy una lectora impaciente...

Resulta que hace un tiempo que estoy leyendo un libro que me prestó mi padre (aquel que os hablé de Galeano), y al mismo tiempo, también tengo entre manos otro de Gorki que me prestó mi madre un poco después. Pensé que podía compatibilizar ambas lecturas porque son libros muy distintos, (el de Galeano no es una novela, sino una serie de relatos) y así cuando me canso de uno, cojo el otro y cambio de historia.
Bien, hasta ahí todo normal, pero hete aquí que hace poco adquirí un ejemplar de "El viejo y el mar" de Hemingway que estaba deseando disfrutar y que comencé a leer pensando que como era cortito no habría problema, y ahora unas amigas me han regalado un irresistible cómic ("Fun Home. Una familia tragicómica") que no pude evitar empezar anoche.
Total, que de pronto hoy cuando he tenido un rato para retomar la lectura no he sabido por dónde empezar, ya que me he dado cuenta de que estoy leyendo cuatro libros a la vez.
Y es que mi curiosidad puede con mi paciencia a la hora de terminar una novela antes de comenzar con otra.

Lo malo es que lo que me pasa con la lectura me pasa con muchas otras cosas, así me va con todo en la vida...

Eso sí, me costará más o menos, pero los terminaré todos, eh?
Qué locura...

26 de septiembre de 2008

Siguiendo a las estrellas...

Noche estrellada sobre el Ródano, Van Gogh (1888).


Como veo que somos muchos los que necesitamos salirnos de la carretera para buscar nuevos caminos, he decidido seguir un consejo que me disteis y voy a fletar un autobús.
Dibujaremos un mapa entre todos, y partiremos siguiendo a las estrellas, al sol y a la luna, subiremos y bajaremos montañas, atravesaremos las estepas y nos saltaremos todas las fronteras.
Habrá veces que el camino será difícil y otras veces caeremos de pronto en alguna senda tranquila, pero eso será parte de la magia del viaje...
Así que, señores pasajeros, vayamonos hacia donde nos lleven los sueños.

Y para empezar a soñar, qué mejor que un cuadro de Van Goh?

20 de septiembre de 2008

Descarrilando

Tamara en el Bugatti verde, Tamara de Lempicka (1925).


¿Cuántas vueltas necesitamos dar a la misma rotonda antes de decidir qué salida debemos tomar?
En mi caso muchas. Quizá algunos crean que demasiadas...

Así que después de mucho pensarlo he decidido que es mejor no tomar ninguna. Prefiero salirme de la carretera y avanzar monte a través para crear mi propio camino.
No se hacia dónde me llevará y tal vez me equivoque de destino, pero no quiero que me digan por dónde puedo o no puedo circular...
Asi que allá voy!

Por cierto, tengo sitio en el coche, ¿alguien se viene?

15 de septiembre de 2008

El Angelus?

El Angelus, Jean-François Millet (1859).


Hoy vengo a traeros un cuadro que siempre me ha fascinado, tanto por la imagen en si como por su historia.

Aparentemente se trata del retrato de una pareja de campesinos, que rezan sus oraciones al atardecer para dar gracias por la cosecha obtenida. Es una imagen llena de paz pero que sin embargo siempre me había transmitido cierta tristeza sin saber porqué... Hasta que tiempo después, cuando la estudiamos en clase descubrí que, según un estudio de rayos X que le había sido hecho al cuadro, debajo del cesto lleno de patatas podía apreciarse la presencia de un ataúd infantil.

Así pues, al parecer la intención inicial del autor fue la de representar el entierro de un niño, el hijo de dos campesinos, un atardecer en el campo en total soledad, con la única presencia de sus padres.

Millet vivió mucho tiempo en el campo y fue testigo de las soledades y tristezas de la dura vida de los campesinos, y quiso plasmarla en sus lienzos. Sin embargo alguien le recomendó que corrigiese la escena de éste cuadro porque resultaba demasiado dura y en París no seria bien acogida, y fue por eso que pintó el cesto de patatas sobre el pequeño ataúd cambiando así el significado de la obra. Y parece que acertó, ya que el cuadro tuvo muchísimo éxito.

Sin embargo, y a pesar de todo, yo creo que el recogimiento de ambas figuras, para quien sepa mirarlas, sigue transmitiendo una tristeza sutil, así como cierta dignidad y resignación ante una vida tan dura.
Este cuadro fue una de las obsesiones de Salvador Dalí, lo pintó una y otra vez porque intuía que escondía una historia distinta de lo que aparentaba ser. Y con el tiempo la ciencia le dio la razón...

9 de septiembre de 2008

Vuelta a la realidad

Lavabo, Antonio López.

Ayer volví a colocar mi cepillo de dientes en su sitio habitual, deshice maletas y me asomé a mi abandonada nevera para volver a llenar de colores su vacío interior.
Pero ha sido ésta mañana, al ver mi cara legañosa y somnolienta en el espejo del baño, cuando me he dado cuenta de que la que se ha quedado vacía de colores soy yo...
¿Los he perdido todos de repente, o habrá sido cosa del espejo?

En fin, ahora toca retomar la vida y sus rutinas, que también están llenas de colores, y aunque no todos son tan alegres, trataré de buscar los más bonitos para traéroslos.

Con Antonio Lopez me fui y con él regreso, a ver si me ayuda a empezar con buen pie. Muchas gracias a todos los que habéis ido pasando por aquí estos días, me ha echo mucha ilusión encontraros a la vuelta!