26 de mayo de 2008

Introspección (2ª parte)

Las dos Fridas, Frida Kahlo (1939).


A veces tengo la sensación de estar dividida en dos mitades...

Tengo dentro de mi una mujer rebelde, inconformista y luchadora que se indigna ante las injusticias, desprecia la espiral del consumismo y actúa siempre de forma meditada y racional.

Y conviviendo con ella hay otra mujer sensible y romanticona que le tiene miedo a todo, se apalanca delante de la tele a no pensar, se ha comprado un piso con una hipoteca eterna y toma las decisiones de forma impulsiva y apasionada.

La rebelde le echa en cara a la sensible haber entrado en el juego capitalista convirtiéndose en propietaria, y la sensible reprende a la rebelde por su incapacidad para relajarse y disfrutar de la vida.

Una quiere ir a todas las manifestaciones y a la otra le da pereza.

Una disfruta yendo de compras y a la otra le parece una frivolidad.

Yo trato de convivir con las dos, que se apretujan dentro de mi, y creo que, poco a poco, las voy conociendo mejor, y estoy aprendiendo a quererlas por igual y a extraer lo mejor de cada una porque, al fin y al cabo, todas somos la misma y buscamos lo mismo, como bien dice el titulo de éste blog...

Introspección

Eleven A.M., Edward Hopper (1926).

Este fin de semana hice un viajecito en coche con unas amigas y surgió una conversación acerca de lo importante que es tratar de conocerse uno mismo.

La cuestión es que en cada cruce de caminos que se me presenta en la vida, me detengo largo rato a pensar cuál será la dirección correcta (y cuando digo cada cruce quiero decir todos los días, ya que estamos tomando decisiones continuamente, y cuando digo largo rato... depende del dilema, pero puede ser un día o tres meses), y creo que realmente nunca se puede saber qué decisión es la correcta, ya que cada camino te conduce a un lugar diferente y, una vez que decides, nunca sabrás si el otro hubiera podido ser mejor.

Total, que al final podría parecer que tanta reflexión es inútil... pero cada cábala, cada pregunta que me hago y cada sentimiento que rastreo en busca de respuestas es un sendero que recorro hacia mi interior, que me ayuda a tomar las decisiones que me parecen adecuadas en ese momento, pero que también me ayuda a creer en mi misma y en que, lo que hago, lo hago sin traicionarme.

21 de mayo de 2008

"Alicia" y yo

El mundo de Cristina, Andrew Wyeth (1948)

Tengo una amiga que últimamente se siente un poco como Alicia en el país de las maravillas...
Y yo la entiendo muy bien porque me he sentido así muchas veces, incluso ahora también.

Es la sensación de estar perdida en un mundo extraño, donde las puertas son demasiado pequeñas para poder entrar por ellas, los castillos son de naipes, las rosas rojas son mentira y los sombrereros locos te invitan a tomar el té para después no dejarte siquiera probarlo.
Un mundo donde es difícil encontrar tu sitio porque todo parece ir demasiado rápido y, por mucho que corras, nunca llegas a atrapar a tu conejo de la suerte...

Entonces te paras y piensas: "oye, esto no es lo que yo esperaba, a mi me habían contado otro cuento" y te sientes engañada, timada por la vida.

Pero tal vez, como le pasó a Alicia, ésto sea sólo un sueño, y cuando mi amiga abra los ojos verá que existe un mundo lleno de posibilidades para ella, y que sólo tiene que extender las manos y tocarlo para que sea suyo.

Yo ahora estoy comenzando a abrir los mios, y cuando ella lo consiga, yo estaré a su lado para hacer más fácil su despertar.

17 de mayo de 2008

Ocaso

El otro día, rebuscando entre mis viejos cuadernos, encontre un microrrelato cuya existencia no recordaba. Hace mucho que no escribo y me hizo mucha ilusión, así que lo he recuperado y aquí os lo dejo...
por los viejos tiempos!

El pendiente, G. H. Breitner (1894)


De pie en el centro de la tarima, con el teatro vacío y oscuro, se sintió enormemente hueca.

Mas tarde, mirándose en el espejo de su destartalado camerino, comprendió que siempre había estado sola, que nunca había sido amada por nadie, y jamas unos ojos la habían observado con pasión. No a ella.

Se enamoraron de Cleopatra, de Julieta, de Melibea... personajes que ella encarnaba en el escenario y que llevaba consigo en la vida real, confundiéndose a veces con ellos hasta el punto de casi perderse a si misma, a su propio yo diluido en el refugio que le proporcionaban sus máscaras... Toda su vida había sido como una representación.
Se preguntó si el amor existía realmente o era tan sólo una excusa que habíamos inventado los humanos para autoconvencernos de que algún día no estaremos sólos.

Tenia la sensación de que el tiempo pasaba inexorable, despiadado...
y que, mientras el polvo cubría los muebles, la lluvia pudría maderas y el viento entraba por los cristales rotos, la soledad se abría paso lentamente hacia ella y, por mucho que corriese, antes o después la alcanzaría para siempre.

13 de mayo de 2008

Harry

Este es un post creado a partir de un texto de Pablo (Jonathan tiró su corbata...), que colgó en su blog con la idea de construir una cadena de creación en la que podemos participar colgando un nuevo post a partir de las sensaciones que nos haya podido transmitir su texto original, y así enriquecerlo y descubrir tal vez nuevas ideas(para mas información consultar su blog).

Así que yo agrego mi granito de arena a esta cadena creativa con la siguiente obra...



Autorretrato, Egon Schiele (1910).

Harry deseó encontrar la felicidad, pero por el camino, y sin casi darse cuenta, terminó descendiendo a los infiernos...

Marion entonará un réquiem por los sueños perdidos.

8 de mayo de 2008

Siempre Frida

Lo que vi en el agua y lo que el agua me dio, Frida Kahlo (1938)

Frida Kahlo es, sin duda, una de mis artistas preferidas.

Me gusta muchisímo toda su obra, fue alguien que consiguió transmitir tantas cosas en sus cuadros que creo que nadie que haya visto uno alguna vez pueda llegar a olvidarla, porque tiene un estilo tremendamente personal, no se parece a nadie, y eso la hace única y especial.

Yo creo que en parte esa autenticidad se debe a que hasta 1938, cuando preparó su primera exposición individual (su primer cuadro profesional lo pintó en 1926), se había dedicado a la pintura como afición, sin pensar en un hipotético público, así que dedicó a pintar su vida, sus miedos, y sobre todo su rostro, ya que pasó tanto tiempo postrada en la cama que era el único modelo que tenia cerca para pintar.

Este cuadro es uno de mis favoritos, me gusta mucho porque refleja todo su mundo, los acontecimientos que marcaron su vida y los símbolos que forman parte de su imagineria particular, es una especie de "popurrí" en el que mezcla elementos de otros cuadros, como un resumen de su obra hasta entonces.

Abajo a la derecha entre la vegetación aparece un retrato de sus padres, que simbolizan la importancia de la familia, y sus raíces indígenas y europeas.

El rascacielos sobre el volcán simbolizan también Méjico y Nueva York, ciudad por la que Frida no sintió mucha simpatía porque para ella simbolizaba el mas cruel capitalismo mientras México era la fuerza de la naturaleza.

Abajo a la izquierda hay un vestido de mejicana que aparece en varios de sus cuadros, y sobre él una mujer desnuda muy parecida a la que aparece en el cuadro que pintó cuando sufrió el aborto de su hijo.

La sangre que escurre por la bañera es una constante en su obra aludiendo a todo el sufrimiento físico y sicológico que padeció toda su vida.

Y, por supuesto, no podía faltar un autorretrato, en éste caso de sus pies.

Mujer, mejicana, comunista, bisexual, apasionada... Bretón la definió como una cinta de seda alrededor de una bomba.

Contradictoria tal vez, pero acaso no lo somos todas las mujeres?