11 de abril de 2008

Un claro entre las nubes



Cabeza de campesino catalán, Joan Miró (1925)

Llevamos toda la semana levantándonos y acostándonos con el cielo gris, y en ésta ciudad donde casi nunca llueve estamos tan poco acostumbrados a ésta oscuridad que cuando se prolonga mas de dos días nos deprimimos todos.

Así que voy a intentar alegraros un poquito con este cuadro de Miró que, si bien no es uno de esos cuadros sobrecogedores de los que hablaba un día, a mí cada vez que lo miro me provoca una sonrisa (parece que el campesino se ha sorprendido al vernos). Esto es lo que yo llamaría un cuadro positivo, con sentido del humor.

Disfrutadlo. A ver si mañana sale el sol...

5 comentarios:

artimaña dijo...

Me gusta el cuadro, como todos los que pones, es verdad que se necesita mucho color para estos días de lluvia que se hacen larguísimos. Sobre todo a los que venimos del desierto.
Sigue así guapa

Anónimo dijo...

Es verdad, este cuadro proporciona sonrisas!!
Pues tienes razón, hoy hace sol.
Un besito reina!!!

Anónimo dijo...

Muchas veces lo había contemplado sin descifrar su significado.
Hoy, ya comenzando los soles, has aparecido tú aclarándome la mirada, sorprendente o sorpresiva, del payés.
Una ironía o una broma de Miró.
Gracias, Irene.
Besos, Mariano

Mónica dijo...

Hola!, por aqui salió el sol con el cuadro que pusiste de Miró. Gracias y hasta la próxima.
besitos :o)

Pablo Esteve dijo...

Algunos venimos de una ciudad de lluvia y lo continuado cuando se empieza a amar es verdaderamente disfrutable. El acto más valiente es no hacer nada, léase a Oliveira
abrazos acuáticos